La Asamblea General de la ONU adoptó un “Pacto para el Futuro” para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Ahora viene la parte difícil: unir a las naciones divididas del mundo para avanzar rápidamente e implementar sus 56 acciones.

Como dijo el presidente checo Petr Pavel el lunes en la reunión cumbre en torno al pacto: “Nuestro trabajo comienza en casa”.

El organismo mundial de 193 miembros aprobó el pacto el domingo. El documento tiene como objetivo unir a las naciones para enfrentar desafíos que van desde el cambio climático y la inteligencia artificial hasta la escalada de conflictos y el aumento de la desigualdad y la pobreza, y mejorar las vidas de los más de 8 mil millones de personas del mundo.

El pacto de 42 páginas fue adoptado el domingo en la apertura de una “Cumbre del Futuro” de dos días, que continuó el lunes mientras los líderes de países de todo el mundo dieron sus puntos de vista sobre los desafíos que enfrenta el mundo.

Y con ellos, los líderes dieron una especie de adelanto de los temas que se esperan en la gran reunión anual de la asamblea, que comienza a funcionar a toda marcha el martes. En sus comentarios del lunes, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa Azin exhortó al mundo a reducir el desempleo juvenil. El presidente de los Estados Federados de Micronesia, Wesley W. Simina, dijo que el pacto debía estar respaldado por “compromisos sólidos y duraderos” para poner fin al uso de combustibles fósiles.

El presidente eslovaco, Peter Pellegrini, se mostró preocupado por la propagación de desinformación. El presidente angoleño, João Manuel Gonçalves Lourenço, advirtió que “no es posible construir un mundo equilibrado, seguro y sostenible en el que la dignidad y el acceso a las oportunidades sean el beneficio exclusivo de un pequeño grupo de personas”.

Entre los líderes que hablarían más tarde se encontraban Masoud Pezeshkian de Irán, Volodymyr Zelenskyy de Ucrania, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Vershinin.

El domingo, los delegados dieron la aprobación final a un “Pacto para el Futuro”, que abarca temas como la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, la cooperación digital, los derechos humanos y el género.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, habla durante la "Cumbre del Futuro" en el marco de la Asamblea General de la ONU en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el 22 de septiembre de 2024. (Foto de ANGELA WEISS / AFP)
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, habla durante la «Cumbre del Futuro» en el marco de la Asamblea General de la ONU en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el 22 de septiembre de 2024. (Foto de ANGELA WEISS / AFP)

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a los Estados miembros a implementar el acuerdo, poniendo fin a las guerras, reformando el Consejo de Seguridad de la ONU, abandonando el uso de combustibles fósiles, escuchando a los jóvenes y reformando el sistema financiero internacional.

«Hemos abierto la puerta», dijo Guterres el domingo. «Ahora es nuestra responsabilidad común atravesarla. Eso exige no sólo un acuerdo, sino acción».

El pacto de 42 páginas se aprobó en la apertura del domingo de una “Cumbre del Futuro”, un evento de dos días que continuaba el lunes. Entre los líderes que tenían previsto intervenir en la cita estaban el iraní Masoud Pezeshkian; el ucraniano Volodymyr Zelenskyy; el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el viceministro ruso de Exteriores, Sergey Vershinin.

Que el pacto fuera a aprobarse aún estaba en duda cuando comenzó la reunión de la asamblea del domingo. De hecho, había tanto suspenso que Guterres tenía tres discursos preparados, uno para la aprobación, otro para el rechazo y otro por si la situación no estaba clara, indicó el vocero de la ONU Stephane Dujarric.

El viceministro ruso Vershinin hizo las primeras objeciones. Presentó una enmienda que habría aguado el pacto de forma significativa. “Nadie está contento con este pacto”, afirmó.

Resultó que se equivocaba. Las 54 naciones de África se opusieron a las enmiendas de Rusia y en una intervención en su nombre, la República del Congo respondió con una moción para no votar las enmiendas. México apoyó a los africanos, y en una votación sobre su propuesta, los africanos consiguieron apoyo de 143 países, con apenas seis países apoyando a Rusia: Irán, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua, Sudán y Siria. Quince países se abstuvieron.

[Parte de la información para esta historia fue proporcionada por The Associated Press, Agence France-Presse y Reuters]

Redacción: Voz de América.